domingo, 22 de febrero de 2009

La Adaptación al Jardín

¿QUÉ ME PASA CON EL JARDÍN?

La adaptación

De pronto tu bebé empieza el jardín y tenés tantos interrogantes…
Me gustaría hoy escribir algo más personal. Es por eso que lo titulé de esa manera, como preguntándome a mí misma… ¿qué me pasa con el jardín?
Tengo dos nenas, una de 1 y otra de 4 años, y por otro lado, soy especialista en estimulación temprana y pude leer algo sobre el tema.

La primera sensación que me trae el recuerdo del ingreso al jardín de mi nena mayor es cuánto sabían todos sobre adaptación, cuánto sabían todos… menos yo.

La exigencia que representa para las madres el tema de la adaptación ¡es tremenda! De pronto somos responsables de todo, de si la criatura nos mira, nos habla, se nos acerca, si nos pide una galletita o si no se quiere quedar. Si no estamos del todo seguras nuestro hijo no se adaptará, y es todo nuestra culpa. Ahora, me pregunto ¿habrá en el mundo alguna mamá totalmente segura de todo?, especialmente ¿habrá en este mundo alguna madre totalmente segura de dejar a su niño en manos de gente que ella misma está conociendo?

Es muy claro que el niño percibe nuestros sentimientos y es cierto que los chicos saben mucho más de lo que les decimos y se dan cuenta de todo. Pero no debemos negar (ni renegar del hecho) que ellos mismos generan sus propios sentimientos, sus propios pensamientos y también son capaces de transmitir cosas, si ellos están mal nos lo transmiten, lo percibimos y eso también nos da inseguridad.

Como conclusión del conglomerado de sensaciones y lecturas puedo rescatar estos puntos importantes:

EL TIEMPO

El ingreso al jardín no es una carrera de tiempo, cada niño se adapta en el lapso que necesita. No es bueno prolongar demasiado este momento ni hacerlo más corto de lo necesario. Muchos niños se “adaptarán” rápidamente porque no tienen noción de lo que está pasando, y luego de un tiempo, reclamarán su adaptación que en su momento no pudieron comprender, esto es una buena señal de crecimiento.

LA ACTITUD

Seamos totalmente honestas con nuestros sentimientos, no simulemos una falsa seguridad. Este es un espacio de adaptación también para las madres (padres, tutores) y debemos aprovecharlo. Sin invadir el espacio de los niños hagamos preguntas, conozcamos a las docentes y el espacio.

LAS RESPUESTAS

Según la edad y características de cada niño, querrá saber sobre el tema. Es fundamental anticipar y acompañar la situación con el cuerpo y la palabra, pudiendo aclarar algo totalmente nuevo en la vida del niño.

LA EXIGENCIA

Disiento con la afirmación de que la adaptación condicionará la escolaridad. Cada cosa a su tiempo, un tropezón no es caída ni nos podemos dormir en los laureles. El paso por el jardín se construye día a día, y es un reto que sea un lugar placentero para el niño, no es el único objetivo que se quede sino cómo se queda y qué hace.

EL PLACER

El jardín es un lugar para jugar, aunque sea una de las primeras obligaciones para el niño. Se habla mucho de trabajar. Pero el jardín es distinto al trabajo, trabajan las maestras pero el niño va a jugar, y lo que más podemos ansiar es que se divierta y la pase bien. Como hemos dicho en otras notitas el niño juega porque es su medio, juega naturalmente sin exigencias ni instrucciones, no necesita invitación para jugar, si está en el ambiente propicio jugará espontáneamente.

Esperemos que nuestro hijo se sienta a gusto en el jardín, que crezca jugando y cuidado. Si el niño está cómodo, seguro y mimado, jugará y crecerá. El jardín será un espacio de sociabilidad que no le da la casa, con muchos chicos, otros adultos que responderán por él, juegos y juguetes distintos. El mejor proyecto para nuestro hijo es que disfrute y crezca jugando.
Lic. Valeria Rochistein