El sueño del bebé

En los primeros días de vida algunos bebés duermen más que otros. Ante la gran (y nueva) cantidad de estímulos hay bebés que se protegen por medio de horas de sueño.

Las mamás pueden asustarse o extrañarlos y por eso los despiertan. Lo cierto es que en muchos casos hay que despertarlos también para alimentarlos, ya que no deberían pasar más de 4 (a 6) horas sin tomar.

Otros pasarán muchas más horas despiertos. Lo cual no debe interpretarse como alimentación insuficiente. Estos bebés muestran más interés por su entorno, y seguramente están más preparados para captar y tolerar los estímulos que los rodean.

Si bien muchas veces los bebés duermen cuando las mamás quisieran que estén despiertos y están despiertos cuando quisieran verlos dormir, cada bebé es único y tiene sus propios ritmos y tiempos.

Estos momentos de sueño y vigilia se deben ir regularizando hacia el tercer mes, cuando se hacen más prolongados los tiempos de sueño para la noche y los de vigilia para el momento del día. ¡Suerte en la tarea y felices sueños!

Desmitificando el instinto materno.

Cuando nace un bebé. La mamá TIENE que saber por qué llora. Si llora de hambre, de sueño, de frío? Eso dicen...

La mamá está llena de amor, pero también llena de dudas y de otras cosas, como cansancio. Y escasa de tantas, como tiempo. De pronto todos saben acerca del bebé menos ella, que se supone que es la que más lo conoce.

La verdad es que cuando un bebé nace, no tiene un llanto diferente para cada necesidad, llora por reflejo, es decir que llora de manera involuntaria, no es para comunicar, sino que lo hace sin proponérselo como respuesta a la excitación que le producen el malestar de sensaciones (nuevas) como el hambre, el sueño, el frío, el vestido y desvestido.

Es decir el bebé llora prácticamente por todo, no sólo por hambre.

El primer tiempo del bebé es de conocimiento mutuo, vamos probando qué necesita, y vamos satisfaciendo sus necesidades, y así conociéndolo. El llanto se va diferenciando. Ya no llora igual para todo, y ahí sí, el llanto se hace código, como si nos dijera qué quiere.

PERO, tranquila, a veces llora por llorar, y nuestra omnipotencia vuelve a caer.

A ser madre se aprende en la marcha, y lo cierto es que mamá y bebé aprenden juntos.